22 septiembre, 2008

¿Qué es A.F.A.L?

Hay veces en las que las circunstancias te hacen preguntar y preguntar y en una de estas preguntas he descubierto el Programa Compañía, un programa del que nos hemos beneficiado en primera persona en el último mes y que bien merece ser difundido.

La Asociación Extremeña A.F.A.L., es una O.N.G. de ámbito regional que apoyada por la Junta de Extremadura y sus Consejerías de Bienestar Social y Consumo, pretende paliar las deficiencias económicas y logísticas, que soportan las familias de los enfermos de larga duración. Entre sus iniciativas, esta asociación cuenta con el Programa Compañía, un programa dirigido a pacientes canalizados por el Servicio Extremeño de Salud a centros hospitalarios fuera de Extremadura, que cuenta con viviendas compartidas próximas a los hospitales en las ciudades de Madrid, Barcelona, Salamanca, Córdoba, Valencia y Toledo y que están a disposición de esos miembros de la unidad familiar que no están dispuestos a separarse más que lo imprescindible de sus enfermos. Para solicitar hacer uso de estar viviendas que son totalmente gratuitas, sólo hay que solicitar la ayuda a través de los teléfonos 924 330 825, 659 848 257 o 690 841 701 y para beneficiarse directamente de ellas, sólo hay que aceptar las mínimas normas de convivencia que te exigen.

Pero...¿Y qué pasa si al enfermo lo canalizan a una ciudad en la que no se cuente con este tipo de viviendas?, ¿qué se puede hacer?; pues bien, el Programa Compañía, prestará el servicio de hospedaje en residencias, hoteles u hostales que reúnan las condiciones más adecuadas siempre para el paciente, así mismo, esta iniciativa contempla el desplazamiento del paciente desde los centros hospitalarios hasta las residencias anteriormente citadas, siempre que las condiciones lo requieran.

Por pensar en los demás y dar a la salud la importancia que merece queremos darle un diez a A.F.A.L y a sus proyectos y agradecer a la Junta de Extremadura, Caja de Extremadura y Caja de Badajoz su colaboración en esta iniciativa.

21 septiembre, 2008

Vuelvo pero no quiero pasar página. Volveré a India.


Después de días vuelvo para encontrarme con las amistades y el trabajo, siendo la misma pero sin ganas de pasar página. Atrás queda mi viaje a India, un viaje que me ha pegado una buena bofetada, que me ha llenado de paz y me ha estremecido como nunca pude esperar.



El choque cultural es una realidad que el visitante se encuentra el primer día, la mísera pobreza y la riqueza más exultante conviven en pocos metros, el color más llamativo se mezcla con el olor y el sabor más natural, la ingenua mirada se esconde tras una pícara sonrisa y la población te observa con la misma extrañeza que la que tú la observas...pero no hay que quedarse con las primeras impresiones. Si lo haces tu visión poco tendrá que ver con la mía.


El día a día te hace descubrir la bondad de sus gentes, te hace disfrutar de los contrastes que esta tierra encierra, saborear sus comidas, adaptarte a las circunstancias y empaparte de la espiritualidad que en el ambiente se respira.


La calle es la escuela que mejor te enseña a sobrevivir allí pero no la mejor escuela para todos los que en ella se hallan. Los niños te miran, se acercan y te piden, pero la lástima que sientes en un primer instante y te empuja a darles una limosna calma tu conciencia a la vez que retroalimenta, sin quererlo, la mendicidad infaltil tan extendida allí.

Con inquietud en unas ocasiones y con respeto siempre, esta experiencia hay que vivirla, porque no alcanzan las palabras para contarla ni las imágenes para describirla. En todo caso, no te va a dejar indiferente. Por si sientes curiosidad te dejo algunas fotos que he rescatado y que reflejan algo de lo vivido en este viaje que he tenido la suerte de disfrutar con una compañía de lujo.