11 mayo, 2008

VII Jornadas de Humanidades. La Vía de la Plata en Extremadura


En el día de ayer tocaba descansar un poco y eso implicaba elegir, entre la variada oferta de estos días, algo con lo que disfrutar. Rápido lo tuve claro, después de la experiencia en Cancho Roano , nuevamente opté por las VII Jornadas de Humanidades, organizadas por el I.E.S "Santiago Apóstol" y este año dedicadas a la Vía de la Plata en Extremadura.

El viernes, una vez más, la tarde la tenía que dedicar a ese grupo de opositoras que a estas alturas están tan preparadas como nerviosas, con lo cual me perdí todas esas inteligentes palabras de D. Manuel Pecellín, D. Jose Ángel Calero, D. Luis Maestre y D. Juan Diego Carmona; y lo que es más, también me perdí la charla y el buen rato del aperitivo que Emilio y compañía prepararon con cariño para la ocasión. ¡Qué lástima!

El sábado en cambio, disfruté al máximo, desde primera hora, por eso de recuperar lo perdido. Desde Almendralejo partimos al yacimiento arqueológico de Cáceres el Viejo, tras las explicaciones de D. Enrique Cerrillo y el paso por el centro de interpretación proseguimos hacia Cáparra, ciudad romana situada al norte de la provincia de Cáceres, concretamente, entre Oliva de Plasencia y Guijo de Granadilla. Allí acudimos al centro de interpretación y dimos un paseo cargado de inquietudes, historia, curiosidades y cosas por descubrir. Todo ello de la mano de eruditos profesores, un culto adolescente, inocentes niños y un montón de sabios y buenos amigos. ¿Qué más se puede pedir? Continuemos...


Como el hambre empezaba ya a llamar a nuestros estómagos y el vigilante del yacimiento tenía ya ganas de llegar a casa, terminamos la visita y nos dirigimos rumbo a Granadilla. Una villa desalojada con la construcción del embalse de Gabriel y Galán, declarada en 1980 conjunto histórico-artístico y que forma, en el momento actual, parte del Programa Pueblos Abandonados. Vamos, el lugar perfecto para perderse durante una semana y ver pasar el tiempo mientras se contribuye a la reconstrucción. ¿Existen este tipo de programas para profesores? a buen seguro que el síndrome del profesor quemado desaparecía con tan buena terapia.

Termino agradeciendo a los profesores organizadores de las jornadas y a todos los acompañantes. Por eso, por el trabajo, el entusiasmo, la compañía, las bromas, las aportaciones, la sensibilidad para con los demás, y sobre todo, por darnos la posibilidad de conocer mejor lo que nos es tan cercano.

Todo un placer. El año que viene más.
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