Después de días entretenida con el curso de funcionarios en prácticas, vuelvo por aquí para comentar mis impresiones hasta el momento.
¿Obligatorio o voluntario?, primera cuestión. Para algunos es indiscutible la respuesta. Yo, llegados ya a este punto,lo considero obligatorio e innecesario,ya que supone un gasto económico desproporcionado y un tiempo malgastado que nada tienen que ver con la rentabilidad del mismo. ¿Con qué me quedo?, con el aburrimiento y las risas compartidas con mis compañeros, con la media hora de café, con algunas curiosidades aprendidas, con el recuerdo de afirmaciones rotundas, más que cuestionables, que ponen de relieve el cargo que cada uno desempeña en esta empresa, y con la reflexión que me suscita la lectura de algunos textos proporcionados por ciertas mentes inspiradas en un momento dado. Allá va uno que me ha gustado especialmente y que está en sintonía con el modo de ver de una novata en prácticas como yo.
La evaluación suele verse como una espada de Damocles que cuelga sobre nosotros. Trabajémosla, creemos una cultura de la evaluación, sin la cual nuestro vuelo se parecerá al de Ícaro. No tejamos y destejamos sin más como Penélope, las personas se cansan. No cantemos cantos de sirena, ni nos creamos Ulises. No lo somos. Juntos trabajaremos mejor, como en Fuenteovejuna. Muchas veces deberemos recurrir a una Ariadna para que nos eche "un cable" como a Teseo. No desestimemos nuestra influencia sobre los alumnos: Pygmalión convirtió una estatua en realidad por lo mucho que creía en ella. Nuestras expectativas son el motor de las personas con las que trabajamos. Finalmente, no luches contra Cronos. Aprende de tu experiencia. Evalúate.
(Mis disculpas para el autor, me gustaría mencionarlo pero desconozco su nombre).
25 enero, 2007
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1 comentario:
¡Qué razón tienes compañera!
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