14 noviembre, 2006

Otro de mis delirios

La familia te pide, los alumnos te piden, los compañeros te piden, los padres te piden, yo, les doy lo que puedo y siempre menos de lo que me gustaría, a todos los que me piden y me ofrezco para colaborar, si es posible, con aquéllos que no me piden, aun sabiendo, que el tiempo no da para más. Al final, acabo agobiada entre tanta petición, pero sin darme cuenta intento que todos me sigan pidiendo. Ahora me pregunto, ¿será el agobio mi estado natural?. Me he levantado pensando en decir que "no" a lo que se me presentara durante el día, aun sabiendo que terminaría diciendo que "sí". He acudido a una reunión habiendo pensado en el "no" y he salido contenta por el "sí". Pues eso, hoy, pensando que ha sido sin querer pero siendo consciente de que quería hacerlo, me he metido de lleno en la colaboración con los padres de mi centro. En la reunión prevista en el día de hoy ha tocado organización de la Escuela de Padres , mañana tocará la elaboración de material básico y pasado mañana, otra nueva reunión con los padres para comenzar de lleno con este tema. Después de tanto conflicto mental y de haber dicho nuevamente sí, intento buscar explicación y recurro a la siguiente pregunta: ¿cómo voy a dejar pasar la oportunidad de trabajar directamente y tranquilamente con los padres si considero que su labor es fundamental para que nuestro trabajo sea efectivo?. Supongo que la pregunta es un simple mecanismo al que me aferro para intentar justificar mis injustificables actos. Lo curioso es que a menudo, me dicen eso de "tienes que dosificar" y a diario, pienso en el tema y me pregunto cómo se hace. ¡Qué complicado!, ¡cuánto me falta por aprender!.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bienvenida al grupo de los que tenemos este tipo de problemas o de esos que deliramos a diario. Es verdad que nos falta mucho por aprender, pero, ¿verdaderamente crees que se trata de eso?.