09 septiembre, 2006

Presente

Me despierto y otra vez, sin darme cuenta, releo aquello con lo que me quedé dormida. Aquí, dejo algo que recoge El Zahir de Paulo Coelho en sus primeras páginas, esas a las que después de días terminé volviendo.

Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.

No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Poseidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Poseidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.

Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.
Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías.
Acude a muchas ciudades del Egipto
para aprender, y aprender de quienes saben.

Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.
Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.

No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido y aun hermoso viaje.
Sin ella, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.

Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significa Ítaca.


Konstantinos Kavafis

2 comentarios:

Ana Ovando dijo...

¡Qué razón tiene Cavafis! La vida es pura aventura que hemos de valorar en cada uno de los instantes, sin esperar a llegar a puerto. Hoy recordaba yo también esos versos en otro lugar.
Es una hermosa elección para comienzo de curso.

María dijo...

Efectivamente buena elección.
La posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea interesante. P. Coelho